Hace unos días me preguntaron de dónde sacaba todas estas curiosidades. Respondí que simplemente las junto... Observo, encuentro, recolecto... Lo hago sin pensar demasiado. Siempre amé estos pequeños objetos, las semillas, las formas increíbles de la naturaleza y en general los gabinetes de curiosidades. La pregunta me hizo darme cuenta de que tengo mis propios gabinetes construidos y me dieron ganas de compartírtelos, con la única intención de que si como a mí te gustan estos pequeños objetos, disfrutes de verlos y quizás te inspiren a recolectar si es que nunca antes lo habías hecho.
Las Venus de Valdivia, también llamadas figurillas, figurinas o figurines Valdivia, son una serie de esculturas humanas de pequeño tamaño y de origen arqueológico, la mayoría son representaciones de mujeres. Fueron fabricadas por la cultura Valdivia, la cual habitó la Costa ecuatoriana durante el período formativo temprano (3800-1500 a. C.). La gran mayoría de figurillas fueron talladas en piedra o cerámica,sin embargo, se conoce de algunos escasos ejemplares que fueron tallados en hueso.
Las figurillas Valdivias fueron objetos producidos en masa, ya que se han encontrado miles de ejemplares en toda clase de contextos arqueológico. Algunas han sido halladas en tumbas y otras dentro de los restos de casas de la cultura Valdivia, sin embargo, el lugar más común donde estas aparecen son los basurales Valdivia. Dada la cantidad de figurillas que existen, no sorprende el hecho de que los científicos hallan logrado reconocer varios estilos diferentes de Venus de Valdivia. (Fuente Wikipedia)
Esta estatuilla me la regalaron en Perú, un muchacho argentino que vivía en Ecuador, me comentó que aún hacen estos rituales y la gente entierra estas figurillas en la arena y luego aparecen en la costa.
El llao llao es un hongo que solo crece en los bosques patagónicos, sobre especies de árboles nativos. A diferencia de otros hongos, no se cultiva , lo que lo convierte en un recurso exclusivo de nuestra región, que solo puede encontrarse en su hábitat natural.
Este hongo tiene una rica historia, ya que ha formado parte de la alimentación de las comunidades ancestrales de la Patagonia desde tiempos remotos. Su valor gastronómico es indiscutible, pero además, posee propiedades espesantes muy importantes para la matriz alimentaria, lo que lo hace aún más valioso en la cocina regional.
Se consume fresco, en ensaladas, postres y dulces, y tiene la particularidad de que mantiene su color y textura al ser cocido, lo que amplía las posibilidades culinarias. Es un ingrediente muy versátil que resalta en distintas preparaciones, llevando el sabor de la Patagonia a la mesa. Fuente Ciefap.
Este hongo lo encontré en los caminos de Bosque Gracias en Epuyén. Está como disecado, el hongo crece sobre los árboles y cuando está fresco no se aprecian esas formas curvas y cavidades que se pueden ver en la foto.